El cómic sigue haciéndose mayor

El cómic sigue madurando, y ello le hace ganar atractivo. Así quedó claro en la despedida de la 26ª edición del Salón del Cómic del Barcelona, en la que la presencia de 100.000 personas llenó un año más de calor los enormes 16.000 metros cuadrados del Palacio 8 de la Fira de Barcelona.
Cuatro días de exaltación del bocadillo y la viñeta en los que visitantes de todo tipo han encontrado su rincón en el certamen. Los aficionados fueron fieles a su cita, ansiosos de novedades y de un espacio donde dar rienda suelta a su pasión por el arte de la literatura ilustrada. Cada vez son más los curiosos que se aventuran en la maraña de expositores, 140 en esta edición, robando protagonismo los pocos atrevidos que deciden acudir disfrazados.
Y es que aunque los superhéroes y el manga siguen siendo los reyes del cotarro, el cómic ha sabido evolucionar y generar variaciones que enganchen a públicos cada vez más heterogéneos. La tendencia al alza es la interacción con el cine, la televisión y los videojuegos, como ha destacado la propia organización del evento. Enormes carteles anunciando los próximos estrenos cinematográficos, la exposición de dibujos de Tim Sale para la televisiva Héroes o una sala habilitada para los amantes de la consola son solo algunas muestras de este fenómeno.
La pluralidad también se ha reflejado en el cartel de autores que han pasado desde el pasado jueves por el Salón. Una veintena de creadores de primer nivel han enriquecido el encuentro aportando sus diferentes y genuinos enfoques del universo del cómic (a lo largo de la semana os ofreceremos vídeos y entrevistas con los protagonistas del certamen).
La vocación educativa, con oferta de clases magistrales, presencia de escolares y actividades dirigidas a maestros, ha sido otro de los rasgos de identidad de otra edición del Salón que pone de manifiesto el imparable crecimiento del cómic dentro de la sociedad actual.