viernes, 16 de noviembre de 2007

La Muerte de Gaiman


La cara amable de la muerte


La década de los ochenta se acercaba a su final y parecía que nada podía volver a sorprendernos. Alan Moore había entrado en los anales de la historia con Watchmen y se dedicaba a redefinir el cómic de lectores adultos con obras tan interesantes como La cosa del pantano o From Hell; Frank Miller había redefinido el cómic de superhéroes con sus episodios de Daredevil y, sobre todo, con Batman: El regreso del Caballero Oscuro; y el cómic de superhéroes en general se encontraba en un momento de bonanza creativa, sobre todo para DC, quien había barrido sus problemas de continuidad con Crisis en tierras infinitas. En este contexto lleno de grandes obras e ideas innovadoras, era muy difícil que apareciese un cómic que pudiese llegar a superar los logros de Moore y Miller. Sin embargo, a finales de 1988 y con fecha de portada de enero de 1989, apareció el primer número de The Sandman, dispuesto a demostrar que nos equivocábamos.

Cuando este número salió a la venta era imposible saber lo que iba a suceder. Sandman era un héroe secundario que nunca había alcanzado una gran popularidad. Una colección regular sobre este personaje estaba destinada al fracaso. No obstante, lo que se presentó fue un personaje de nuevo cuño, una especie de dios que habita en el mundo de los sueños. De esta manera, The Sandman se tuvo que hacer un hueco en el mercado ofreciendo calidad y novedosas ideas, en vez de beber de "éxitos" del pasado.

Con su primer arco argumental, Gaiman no se hizo con la afamada reputación que tiene ahora. Aquellos episodios le sirvieron para definir personajes y dar forma a la serie. Fue en su octavo número cuando llamó la atención de todo el mundo. La historia en sí nos presentaba a Sandman, protagonista de la serie, asqueado y preocupado porque había perdido una cantidad considerable de su poder y su mundo estaba prácticamente destruido. Sus reflexiones fueron interrumpidas por su hermana mayor, Muerte, quien le obligó a acompañarle mientras ejercía su labor y le dio una importante lección: los Eternos tienen una responsabilidad que cumplir, y no sirve de nada preocuparse por los problemas. La única forma de solucionarlos es enfrentarse a ellos. Esa era la lección que dio a Sandman, pero a los lectores nos dio unas cuantas más. Sobre todo, Gaiman nos enseñó que La Muerte no tenía que ser algo trágico, sino que era algo natural que debíamos aceptar.

A partir de ese momento, The Sandman se estableció como una lectura obligada y llegó a ocupar un importante lugar en la historia del cómic. Sin embargo, a nosotros nos interesa la trayectoria de Muerte. Su aparición en el octavo número de la colección la convirtió, de manera instantánea, en uno de los personajes más populares de la serie. De hecho, su popularidad era tal que llegó a desplazar a su hermano durante un número y protagonizó The Sandman núm. 20 (núm. 10 en la edición española). En aquella historia, una superheroina deforme e inmortal reflexionaba sobre su deseo de quitarse la vida y la imposibilidad de hacerlo. Muerte acabó hablando con ella para explicarle cómo debía llevar a cabo su peculiar suicidio. De nuevo, Gaiman nos volvió a cautivar reflexionando sobre la muerte y la vida de una forma directa, sin falsos sentimentalismos.

Llegados a este punto, los lectores necesitaban más historias de Muerte en solitario y empezaron a solicitarlas. Finalmente, en 1993, Muerte protagonizó El alto coste de la vida, una miniserie de tres números aclamada por lectores y crítica. En aquella historia, Muerte se volvía mortal por un día, como suele hacer una vez cada cien años, y acompañaba a un chico con problemas en un extraño viaje lleno de reflexiones sobre la vida en general. El éxito de esta miniserie obligó a la realización de su secuela en 1996, Muerte: Lo mejor de tu vida.

Fuera del universo de Sandman, Muerte también ha protagonizado algunas interesantes apariciones. Una de ellas fue en Captain Atom núms. 42 y 43 (junio y julio de 1990). En aquella historia, Giffen propuso que La Muerte en el Universo DC era única pero estaba representada por diferentes personajes. Sin embargo, Gaiman no estuvo de acuerdo pues consideraba que su Muerte era La Muerte en sí, y no una representación de la misma. Sólo podía haber una Muerte.

También fue un personaje importante en el aprendizaje de Tim Hunter y apareció en la miniserie y la serie regular de Los libros de la magia. De hecho, en aquella miniserie se explica cómo serán los últimos momentos de Muerte, que coinciden con el fin del universo.

En Legion of Super-heroes núm. 38 (diciembre 1992) La Tierra fue víctima de un atentado y fue destruida. El resultado fue la extinción de casi toda la población mundial (solo se salvaron algunas ciudades) y Muerte se enfrentó a uno de sus días más ocupados (aunque solo apareció en una viñeta).

Tras la cancelación de The Sandman, las apariciones de Muerte se han visto reducidas hasta la mínima expresión. No obstante, hemos podido disfrutar de ella en algunos episodios de The Dreaming, serie basada en el mundo creado por Neil Gaiman, y en Lucifer, serie basada, también, en la versión del personaje creada por Gaiman en The Sandman.



Enrique Ríos.



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