El autor estadounidense, Tim Sale, el británico Andy Diggle y el español Pascual Ferry, que han trabajado para la industria cinematográfica, constataron que la relación entre el cómic y el séptimo arte no es tanto de amor como de conveniencia, basada en el negocio, pero aún así admitieron que existe una retroalimentación creativa entre ambos medios.
En una conferencia, bajo el título “Autopista hacia la pantalla”, que se celebró en el 26 Salón Internacional del Cómic de Barcelona, se debatió la tortuosa relación entre el cine y el cómic a los largo de los años, a través del análisis de la colaboración de los artistas de cómic en producciones para la gran pantalla y la televisión.
Pese al creciente interés del cómic en la industria de Hollywood, Sale -autor de los cuadros proféticos de Isaac Méndez y de series de superhéroes, indicó que “la relación con el cine más que de amor es de dinero”.
“Las grandes compañías productores se han dado cuenta del gran talento que existe en el mundo del cómic y las grandes posibilidades de trasladar sus trabajos a la gran pantalla. Antes éramos el primo pobre, ahora se han dado cuenta de un potencial que les puede permitir hacerse más ricos”, señaló.
Por su parte, Diggle, autor de la novela gráfica “Los perdedores”, sobre el conflicto de Oriente Medio, y que podría ser llevada a la gran pantalla, indicó que “los directores de Hollywood son antes empresarios que creativos, y cuando le pasas una historieta en cómic es fácil que se lo pueda imaginar en la pantalla, que un simple guión escrito”.
Ferry, ganador del Gran Premio del 26 Salón Internacional de Cómic de Barcelona, cuyos dibujos de “Iron man” (Hombre de hierro) se van a llevar a la gran pantalla, añadió que los cómics de superhéroes han aportado elementos novedosos en el cine”.
Aún asi dijo que en estos momentos estamos en un punto muerto y que si las películas de este género no se esmeran más en el guión, habrá un momento que decaerá.“Hollywood necesita los cómics porque en este sector hay gente muy creativa y con talento. La alianza entre cine y cómic dependerá de las próximas películas que salgan y el éxito que tengan. Es cuestión de que las películas contengan buenas historias”, resaltó.
Los tres autores y dibujantes se quejaron que por el momento la relación que mantienen con el cine es de ilustrador de las escenas, y que no tienen control sobre el producto final, lo que hace que muchas veces les sea difícil reconocer su trabajo en la pantalla.“Contamos una historia, pero no aportamos casi nada.
Es como quien compra una casa, que luego puede remodelarla o derribarla o hacer lo que quiera”, dice Diggle, a lo que Ferry añade que los autores del cómic son como “soldados” que se utilizan como un reclamo publicitario, y que todo sería muy distinto si fueran los creadores de los personajes que se llevan a la gran pantalla.
Ferry consideró que es “normal que haya una contaminación mutua de influencias entre cómic y el cine”, así como no vio mal que algunos autores de cómic trabajen con el objetivo de ver sus dibujos algún día en la gran pantalla, lo que también suscribió Diggle, quien dijo que cuando dibuja se imagina qué actores reales interpretarían sus personajes.
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