La feria del tebeo ha reconocido con el Gran Premio su labor en la industria de EEUU
Pasqual Ferry (Barcelona, 1961) quiso compartir ayer el Gran Premio del Saló del Còmic con Salvador Larroca y Carlos Pacheco, con quienes en 1993 inició el ascenso a la corte estadounidense de los superhéroes. Parecía una meta inalcanzable, pero llegaron. Fueron pioneros. "El Saló nos ha premiado a los tres a través mío", dijo.El dibujante calificó de "leyenda urbana" la idea de que la industria de los superhéroes limita la creatividad. "Los editores americanos buscan cosas inesperadas porque hay demasiada uniformidad. Exigen un conocimiento serio del género, pero te animan a reinterpretarlo desde tu punto de vista". Ferry ha podido hacerlo con Supermán. En Action Comics, la colección donde nació el personaje, para colmo. "Sentí una emoción tremenda. ¡Me habían dado EL superhéroe! Además empecé en el número 800 de Action Comics".
Paco Roca (Valencia, 1969) obtuvo los premios a la mejor obra y el mejor guión españoles con Arrugas, libro que habla de la vejez y el alzhéimer con "un punto de humor y optimismo, evitando el tono deprimente y sensiblero", según el autor."Cada vez que voy a casa de mis padres me hacen un detallado informe de su salud. Y a mis amigos les pasa lo mismo o cosas parecidas. El padre de un amigo era el hombre que yo quería ser de jubilado, una persona culta, siempre leyendo. Hasta que llegó el alzhéimer. Necesitaba contar unas historias que la sociedad esquiva", dijo Roca.
Ramon Vendrell
No hay comentarios:
Publicar un comentario